Qetoreth | קטורת
Qetoret es un elemento de profundo misterio dentro de la Torá. Su primera mención aparente se encuentra en el libro de Shemot 30:34, donde se dan instrucciones para la creación de un altar para quemar incienso hecho de madera de acacia. Es interesante notar que la guematria (valor numérico hebreo) de "Etzi Shitim" (עצי שטים), que significa "madera de acacia", es igual a la de "Beit haShem haElokim" (בית יהוה האלהים), que se traduce como "la Casa del Eterno Dios".
La función principal del incienso es santificar, unir o reunir lo que antes estaba separado. "Qatur" (קטור), derivado de la misma raíz, significa "conectado". Esto alude al misterio eterno de la unión del cuerpo y el alma, el Cielo y la Tierra. Aunque la raíz Qof (ק), Tet (ט) y Resh (ר) aparece por primera vez en el libro del Éxodo, los sabios enseñan que este misterio fue prefigurado en el libro del Génesis en relación con el patriarca Abraham.
Después del pecado de Adán y Eva en el paraíso, todos sus sentidos fueron manchados por la transgresión, excepto el sentido del olfato. Esta excepción sugiere una idea profunda sobre el incienso: en los humanos, persiste un aspecto puro a través del cual pueden reconectarse con su alma superior y lo divino, con Dios.
Los cabalistas presentan una visión interesante: el uso del incienso no se limita a este mundo sino que se extiende al mundo venidero. El incienso no pertenece al cuerpo sino al alma. Para esta reconexión espiritual, se necesita una especie de cordón o vínculo espiritual para unir a la persona con su Creador. Esta es también una interpretación común de la palabra "religión": reunir, ligar. El Talmud, en Hagigá 12b, expresa que "un cordón de gracia" está disponible para aquellos que se levantan a medianoche para estudiar la Torá.
Según el Zóhar (3-11a), las ofrendas de paz simbolizaban la paz entre todos, mientras que el incienso establece el cordón de la fe. Este cordón, según el Zóhar (Parashat Vayejí), crea lazos que se extienden tanto hacia lo alto como hacia lo bajo, alejando la muerte, la acusación y la ira, y evitando que dominen el mundo. Como se cita en Bamidbar 17-46, el incienso sirve como medio de expiación y para apaciguar la ira divina. La santificación, consagración o sacrificio siempre implica la unión de "lo alto y lo bajo", la conexión entre el Cielo y la Tierra, los mundos superiores e inferiores.
El incienso consta de diez fragancias agradables y un olor desagradable, Gálbano. El número diez, representado por la letra Iod (י), la inicial del Nombre de Dios Havayah, simboliza las fuerzas del bien, mientras que Gálbano, Jalbená, con su olor desagradable, representa el mal. De esta manera, el incienso actúa para rectificar el mal en una proporción de 10 a 1.
El incienso, con sus ingredientes específicos y significado simbólico, está profundamente arraigado en la espiritualidad judía y el misticismo cabalístico. Su fórmula precisa, revelada por el ángel de la muerte a Moisés, lo convierte en un medio especial de conexión con lo divino y un antídoto contra la muerte misma.
Los ingredientes del incienso, como bálsamo, estacte, gálbano, incienso, mirra, casia, nardo, azafrán, costo, corteza aromática y canela, cada uno tiene su propio simbolismo y propósito en esta mezcla sagrada. Estos elementos representan aspectos de pureza, transformación, desinfección, la presencia divina y la conexión con lo divino. Cada uno contribuye a la compleja sinfonía espiritual que es el incienso, que actúa como un medio para elevar las oraciones y las almas a lo alto.
La guematria asociada con el número 368, que coincide con las expresiones "beShem Havayah" (יהוה בשם), "Ruaj Elohim Jaim" (חיים אלהים רוח) y "Even Ikra" (יקרה אבן), revela una conexión profunda con el nombre del Eterno, el espíritu del Dios viviente y el concepto de una piedra preciosa. Estos elementos juntos enfatizan la sacralidad y el valor espiritual del incienso.
La palabra "Gálbano" y su relación con "leche" y engaño nos recuerdan la dualidad de la existencia, donde el bien y el mal, la pureza y la impureza coexisten. Gálbano representa la transformación del mal en bien, un proceso esencial en la búsqueda de la espiritualidad.
La palabra "Qetoret" (קטורת) también revela su significado profundo a través de la guematria de sus letras. Cada letra evoca aspectos de santidad, pureza, unidad, misericordia y esperanza, todos fundamentales en la búsqueda espiritual y la conexión con lo divino.
La relación entre el incienso y la unión de elementos opuestos es un aspecto profundo y simbólico de la espiritualidad judía y cabalística. El incienso actúa como un medio para reunificar lo que estaba separado, simbolizando la unión de fuerzas opuestas en la creación y en la conexión con lo divino.
La mano derecha, asociada con la sefirá Jesed y el patriarca Abraham, representa generosidad y dar, mientras que la mano izquierda, asociada con la sefirá Guevurá y el patriarca Isaac, representa fuerza y restricción. Esta dualidad se refleja en la oración, donde las manos se juntan, fusionando estas dos energías complementarias.
La entrega de la Torá por parte del Eterno con la mano derecha simboliza la cercanía y bendición que proviene de la conexión con lo divino. En contraste, la mano izquierda se asocia con el rechazo y la distancia espiritual. La historia del sacrificio de Isaac también ilustra la interacción de estas dos fuerzas en la búsqueda espiritual.
La relación entre Jesed y Guevurá, con una guematria de 294, y Melquisedec, el primer sacerdote con un incensario en sus manos, enfatiza la importancia de la misericordia y la fuerza en la conexión con lo divino.
La discusión sobre si Jesed o Guevurá es más fuerte se resuelve al reconocer que, desde una perspectiva física y espiritual, la mano derecha y la sefirá Jesed suelen ser más fuertes y dominantes. Esto refuerza la idea de que la bondad y la generosidad son fundamentales en la manifestación de la voluntad divina en el mundo.
Qethoret is an element of profound mystery within the Torah. Its first apparent mention is found in the book of Shemot 30:34, where instructions are given for the creation of an altar to burn incense made of acacia wood. It is interesting to note that the gematria (Hebrew numerical value) of "Etsi Shitim" (עצי שטים), meaning "acacia wood," is equal to that of "Beit haShem haElokim" (בית יהוה האלהים), which translates as "the House of the Eternal G'd."
The primary function of incense is to sanctify, unite, or bring together what was previously separated. "Katur" (קטור), derived from the same root, means "connected." This alludes to the eternal mystery of the union of body and soul, Heaven and Earth. Although the Qof (ק), Teth (ט), and Resh (ר) root appears for the first time in the book of Exodus, sages teach that this mystery was prefigured in the book of Genesis in relation to the patriarch Abraham.
After the sin of Adam and Eve in paradise, all their senses were tainted by transgression, except for the sense of smell. This exception suggests a profound idea about incense: in humans, there persists a pure aspect through which they can reconnect with their higher soul and the divine, with G'd.
Qabalists present an interesting view: the use of incense is not limited to this world but extends to the world to come. Incense does not belong to the body but to the soul. For this spiritual reconnection, a kind of spiritual cord or bond is needed to unite a person with their Creator. This is also a common interpretation of the word "religion": to reunite, to bind. The Talmud, in Hagigah 12 b, expresses that "a cord of grace" is available for those who rise at midnight to study the Torah.
According to the Zohar (3-11a), the peace offerings symbolized peace among all, while incense establishes the cord of faith. This cord, according to the Zohar (Parashat Vayechi), creates bonds that extend both high and low, warding off death, accusation, and anger and preventing them from dominating the world. As cited in Bamidbar 17-46, incense serves as a means of atonement and appeasing divine wrath. Sanctification, consecration, or sacrifice always implies the union of "the high and the low," the connection between Heaven and Earth, the upper and lower worlds.
The incense consists of ten pleasing fragrances and one unpleasant odor, Galbanum. The number ten, represented by the letter Iod (י), the initial of the Name of G'd Havayah, symbolizes the forces of good, while Galbanum, Jalbenah, with its unpleasant odor, represents evil. In this way, incense acts to rectify evil in a proportion of 10 to 1.
The incense, with its specific ingredients and symbolic meaning, is deeply rooted in Jewish spirituality and Qabalistic mysticism. Its precise formula, revealed by the angel of death to Moses, makes it a special means of connection with the divine and an antidote against death itself.
The ingredients of incense, such as balsam, stacte, galbanum, frankincense, myrrh, cassia, spikenard, saffron, costus, aromatic bark, and cinnamon, each have their own symbolism and purpose in this sacred blend. These elements represent aspects of purity, transformation, disinfection, the divine presence, and connection with the divine. Each contributes to the complex spiritual symphony that is incense, which acts as a means to elevate prayers and souls on high.
The gematria associated with the number 368, which coincides with the expressions "beShem Havayah" (יהוה בשם), "Ruach Elohim Chaim" (חיים אלהים רוח), and "Even Ikra" (יקרה אבן), reveals a deep connection to the name of the Eternal, the spirit of the living G'd, and the concept of a precious stone. These elements together emphasize the sacredness and spiritual value of incense.
The word "Galbanum" and its relation to "milk" and deceit remind us of the duality of existence, where good and evil, purity and impurity coexist. Galbanum represents the transformation of evil into good, an essential process in the pursuit of spirituality.
The word "Qethoret" (קטורת) also reveals its profound meaning through the gematria of its letters. Each letter evokes aspects of holiness, purity, unity, mercy, and hope, all of which are fundamental in the spiritual quest and connection with the divine.
The relationship between incense and the union of opposing elements is a profound and symbolic aspect of Jewish and Qabalistic spirituality. Incense acts as a means to reunify what was separated, symbolizing the union of opposing forces in creation and in the connection with the divine.
The right hand, associated with the sefira Chesed and the patriarch Abraham, represents generosity and giving, while the left hand, associated with the sefira Gevurah and the patriarch Isaac, represents strength and restraint. This duality is reflected in prayer, where the hands come together, merging these two complementary energies.
The delivery of the Torah by the Eternal with the right hand symbolizes closeness and blessing that comes from connection with the divine. In contrast, the left hand is associated with rejection and spiritual distance. The story of the sacrifice of Isaac also illustrates the interaction of these two forces in the spiritual quest.
The relationship between Chesed and Gevurah, with a gematria of 294, and Melchizedek, the first priest with an incense burner in his hands, emphasizes the importance of mercy and strength in the connection with the divine.
The discussion of whether Chesed or Gevurah is stronger is resolved by recognizing that, from a physical and spiritual perspective, the right hand and the sefirah Chesed are usually stronger and dominant. This reinforces the idea that kindness and generosity are fundamental in the manifestation of divine will in the world.
ケトレトはトーラーの中で深い神秘の要素である。その最初の明らかな言及はシェモット30章34節にあり、アカシアの木で作られた香を焚くための祭壇の作成に関する指示がある。「エツィ シティム」(עצי שטים)、つまり「アカシアの木」のゲマトリア(ヘブライ語の数値)は、「ベイト ハシェム ハエロキム」(בית יהוה האלהים)、「永遠の神の家」と訳されるものと等しいことは興味深い。
香の主な機能は、聖別し、結合し、以前分離されていたものを集めることである。「カトゥル」(קטור)は同じ語根から派生し、「つながった」を意味する。これは身体と魂、天と地の永遠の神秘的な結合を示唆する。コフ(ק)、テット(ט)、レーシュ(ר)の語根は出エジプト記で初めて現れるが、賢者たちはこの神秘が創世記で祖アブラハムに関連して予示されていたと教える。
楽園でのアダムとエバの罪の後、彼らのすべての感覚は違反によって汚染されたが、嗅覚だけは除かれた。この例外は香に関する深い考えを示唆する:人間には、高次の魂と神、神と再接続できる純粋な側面が残っている。
カバリストは興味深い見解を提示する:香の使用はこの世界に限定されず、来るべき世界にも及ぶ。香は身体ではなく魂に属する。この霊的な再接続のためには、人が創造主と結びつくための一種の霊的なコードや絆が必要である。これは「宗教」という言葉の一般的な解釈でもある:再び結ぶ、結びつける。タルムードのハギガ12bでは、「恵みのコード」が真夜中に起きてトーラーを学ぶ者たちに利用可能であると述べている。
ゾーハル(3-11a)によれば、平和の供え物はすべての間の平和を象徴し、香は信仰のコードを確立する。このコードはゾーハル(パラシャット ヴァイエヒ)によれば、高くも低くも延びる絆を作り、死、非難、怒りを遠ざけ、それらが世界を支配するのを防ぐ。バミドバル17-46に引用されているように、香は贖罪と神の怒りを和らげる手段として役立つ。聖別、奉献、または犠牲は常に「高きものと低きもの」の結合、天と地、上位世界と下位世界のつながりを意味する。
香は十の心地よい香りと一つの不快な臭い、ガルバナムから成る。数字の十は神の名前ハヴァヤの頭文字であるヨッド(י)で表され、善の力を象徴する。一方、ガルバナム、ジャルベナはその不快な臭いで悪を表す。このようにして、香は10対1の比率で悪を修正する役割を果たす。
香はその特定の成分と象徴的な意味で、ユダヤの霊性とカバラの神秘主義に深く根ざしている。その正確な配合は、死の天使からモーセに明かされ、神との特別なつながりの手段であり、死そのものに対する解毒剤となる。
香の成分であるバルサム、スタクテ、ガルバナム、フランキンセンス、ミルラ、カシア、ナルド、サフラン、コストゥス、芳香樹皮、シナモンなどは、それぞれこの神聖なブレンドにおいて独自の象徴性と目的を持つ。これらの要素は純粋さ、変容、消毒、神の存在、神とのつながりの側面を表す。各々が香という複雑な霊的交響曲に寄与し、祈りと魂を高みに昇華させる手段として機能する。
「ベシェム ハヴァヤ」(יהוה בשם)、「ルアハ エロヒム ハイム」(חיים אלהים רוח)、「エベン イクラ」(יקרה אבן)と一致する368という数字に関連するゲマトリアは、永遠の名、生ける神の霊、貴重な石の概念との深いつながりを明らかにする。これらの要素は一緒に香の神聖さと霊的価値を強調する。
「ガルバナム」という言葉と「ミルク」や欺瞞との関係は、善と悪、純粋と不純が共存する存在の二元性を思い起こさせる。ガルバナムは悪を善に変えることを表し、霊性の追求において不可欠なプロセスである。
「ケトレト」(קטורת)という言葉も、その文字のゲマトリアを通じて深い意味を明らかにする。各文字は聖性、純粋さ、統一、慈悲、希望の側面を喚起し、これらはすべて霊的探求と神とのつながりにおいて基本的である。
香と対立する要素の結合との関係は、ユダヤとカバラの霊性の深く象徴的な側面である。香は分離されていたものを再統合する手段として機能し、創造における対立する力の結合と神とのつながりを象徴する。
右手はセフィラ ヘセドと祖アブラハムに関連し、寛大さと与えることを表す。一方、左手はセフィラ ゲブラーと祖イサクに関連し、力と抑制を表す。この二元性は、祈りで手が組み合わされ、これら二つの補完的なエネルギーを融合させることに反映される。
永遠の者が右手でトーラーを授けたことは、神とのつながりから来る親近感と祝福を象徴する。対照的に、左手は拒絶と霊的な距離を表す。イサクの犠牲の物語もまた、霊的探求におけるこれら二つの力の相互作用を示している。
ヘセドとゲブラーの関係はゲマトリアで294となり、手に香炉を持つ最初の祭司であるメルキゼデクとともに、神とのつながりにおける慈悲と力の重要性を強調する。
ヘセドとゲブラーのどちらが強いかという議論は、物理的および霊的な観点から、右手とセフィラ ヘセドが通常より強く支配的であることを認識することで解決される。これは、善意と寛大さが世界における神の意志の現れにおいて基本的であるという考えを強化する。