Qabalah | קבלה
La Qabalá es una tradición espiritual y mística con una larga historia, conocida por su profunda complejidad. Esta tradición tiene sus raíces en la interpretación de los primeros cinco libros de la Biblia, también conocidos como la Torá. La palabra "Qabalá" proviene del término hebreo "leqabel", que significa "recibir".
La Torá puede entenderse en cuatro maneras diferentes: Pshat (literal), Remez (sugerido), Drash (deducido) y Sod (secreto). La Qabalá se enfoca en este último nivel, Sod, que revela el significado místico y oculto detrás de las palabras. Este nivel actúa como una llave filosófica que nos permite acceder a verdades más profundas sobre lo divino.
La Qabalá nos enseña que todo en nuestro universo y en nuestras vidas está imbuido de un sentido divino que es parte integral de nuestra realidad. Un principio clave para entender la Qabalá es el concepto de Ein Sof, el infinito y la divinidad que va más allá de toda comprensión humana. Este principio divino toma múltiples formas en nuestro mundo y en nuestra existencia individual, algo representado por el Árbol de la Vida.
Este Árbol de la Vida es un diagrama que muestra cómo lo Infinito, o Ein Sof, se manifiesta en nuestro mundo finito. El árbol consta de diez Sefirót o emanaciones, que son los caminos a través de los cuales lo Divino interactúa con nuestra realidad. Cada Sefirá tiene varios significados que abarcan aspectos de lo divino así como aspectos de la experiencia humana y la psicología, estableciendo así un puente entre lo infinito y lo finito.
Aunque la Qabalá es profundamente compleja, su objetivo último es bastante simple: profundizar nuestra conexión con el Creador. Esto se logra acercándonos a Él a través de la ley de equivalencia de forma, que sostiene que al adquirir las cualidades del Creador, nos hacemos uno con Él.
Explorar la Qabalá es como embarcarse en un puente que conduce a la comprensión divina. Este viaje es exigente y requiere un estudio sistemático y continuo. Sin embargo, para aquellos dispuestos a emprender esta exploración espiritual, la Qabalá actúa como una lente hacia las complejidades de la existencia y una guía para vivir con mayor conciencia y ética.
Los antiguos eruditos veían el estudio de la Qabalá como una progresión lógica basada en una sólida base de educación en textos sagrados. Comenzaban aprendiendo la Torá desde una edad temprana y acumulaban años de estudio serio antes de profundizar en la Qabalá. Para obtener una comprensión completa de la Qabalá, se recomienda que los estudiantes primero se familiaricen con los diversos niveles de interpretación de la Torá. Un enfoque integrado, que incluya el estudio de la Torá, interpretaciones personales y análisis de varios expertos, enriquece la comprensión.
Aunque íntimamente conectada con la Torá, la Qabalá trasciende el ámbito puramente religioso. Tiene elementos gnósticos y también se aplica a nuestra vida material. A diferencia de ciertas ramas del gnosticismo, la Qabalá no descarta la importancia de la existencia física. Esto se refleja en uno de sus pilares, el Conocimiento (Daat), que es un tipo de conciencia formada por tres componentes: intuición, razón y experiencia. Estos componentes están representados en el Árbol de la Vida como Jojmá, Biná y Maljut. Desarrollar estos tres aspectos como una unidad cohesiva conduce a una mayor conciencia, abarcando tanto lo espiritual como lo material.
La Qabalá sirve como una herramienta espiritual que nos ayuda a descubrir nuestra alma y el propósito de nuestra existencia en esta realidad. Esta sabiduría nos conecta con lo divino, ofrece guía personalizada y nos ayuda a avanzar en nuestro desarrollo espiritual. Varios métodos de meditación contribuyen a esta transformación, facilitando la transición entre los reinos material y espiritual. Esta conexión demuestra que lo espiritual y lo material no son opuestos sino diferentes manifestaciones de la misma realidad.
Como marco analítico, la Qabalá ofrece conceptos que nos ayudan a entender la génesis del universo. Estos principios gobiernan tanto el cosmos como la vida cotidiana, impactando nuestra existencia, ya sea que lo reconozcamos o no. Comprender estos principios nos equipa con conocimientos que hacen que el viaje de la vida sea más manejable y gratificante.
Un practicante de la Qabalá, o mequbal, es alguien que establece una conexión con su esencia espiritual, que se manifiesta como una energía creativa y consciente, originada en Ein Sof. Esta energía, conocida como Ohr Ein Sof (la luz infinita), es la esencia y fundamento de todo lo que ha existido, existe y existirá. Al profundizar en la Qabalá, uno "recibe", en armonía con el significado etimológico de la palabra, esta luz infinita.
En la cosmovisión cabalística, dos conceptos clave son Ohr (luz) y Keli (vaso). La luz es un elemento dador, mientras que el vaso es receptor. Los seguidores de esta tradición se consideran vasos que reciben esta luz divina y luego la difunden en el mundo. No se trata de acaparar la luz sino de ser un canal para su distribución. Este enfoque refleja la filosofía de "recibir para dar".
Con respecto a la ley de la Torá, su revelación culminante fue en el Monte Sinaí, aunque con el tiempo su claridad disminuyó. En contraste, la comprensión de la Qabalá ha ganado definición con cada generación. Este aumento en claridad se debe a personas notables que han surgido a lo largo de la historia para revelar porciones de divinidad necesarias para el equilibrio del mundo.
La Qabalá tiene sus orígenes en tiempos bíblicos, específicamente en las enseñanzas de Abraham. Se cree que Abraham es el autor del Sefer Yetzirá, un manual sobre la creación del universo y una guía para la meditación.
La siguiente fase crucial en la evolución de la Qabalá tuvo lugar en el Monte Sinaí. Aquí, Moisés recibió no solo la ley escrita sino también la ley oral que contenía principios místicos, que han sido transmitidos de generación en generación por prominentes sabios.
En el siglo XIII, el Rabino Nehuniah ben ha-Kaná escribió el Sefer Bahir, uno de los primeros textos cabalísticos, que allanó el camino para el desarrollo futuro de la Qabalá.
Durante la Edad Media, la Qabalá floreció en comunidades judías tanto en Europa como en el Medio Oriente. En el siglo XII, el Rabino Abraham ben David de Posquières, o Rabad, fue un destacado cabalista en el sur de Francia cuyo trabajo sobre el Sefer Yetzirá es muy valorado.
En el siglo XIII, Yosef Gikatilla, un cabalista español, escribió "Sha'are Orah", un influyente comentario sobre el Zohar y el Sefer Yetzirá, que contribuyó a la difusión de la Qabalá en Europa.
En el siglo XVI, Moshe Cordovero, conocido como Ramak, organizó las enseñanzas cabalísticas en "Pardes Rimonim". Originario de Safed, Israel, Ramak se enfocó en racionalizar la Qabalá, particularmente las enseñanzas del Zohar, que se considera el texto central de la Qabalá y se cree que tiene orígenes mucho más antiguos. Ramak unificó las enseñanzas cabalísticas en un sistema coherente, describiendo cómo la realidad finita se originó del ser divino infinito a través de una serie de fuerzas llamadas Sefirót. Su trabajo preparó el camino para la Qabalá de su sucesor, Isaac Luria.
Isaac Luria, también conocido como el Ari (El León), fue un místico y rabino del siglo XVI que tuvo un impacto significativo en el desarrollo de la Qabalá. Nacido en Jerusalén y luego trasladado a Safed, una ciudad en Galilea que era un centro de estudios cabalísticos, Luria propuso teorías revolucionarias como el "Tzimtzum", que describe la contracción divina que hizo posible la creación del universo. Su discípulo más prominente, Jaim Vital, fue instrumental en la difusión del pensamiento luriánico. Vital compiló y organizó las enseñanzas orales de Luria en textos que más tarde serían cruciales para la Qabalá luriánica. De hecho, gran parte de lo que sabemos sobre las enseñanzas de Luria proviene de los escritos de Vital. Juntos, estas dos figuras dejaron una marca indeleble en el estudio y la práctica de la Qabalá, influyendo en corrientes místicas y prácticas religiosas en el judaísmo hasta el día de hoy.
En el siglo XVIII, Moshe Jaim Luzzatto, o Ramjal, escribió obras significativas sobre la Qabalá, como "Derej Hashem", que ofrece un enfoque sistemático de la cosmovisión cabalística.
También en el siglo XVIII, el Rabino Israel, el Baal Shem Tov, fundó el jasidismo, un movimiento que revitalizó la vida espiritual de los judíos de Europa del Este. Aunque basado en la Qabalá clásica, el jasidismo pone más énfasis en la devoción y la bondad que en el estudio académico de los textos cabalísticos.
Finalmente, en el siglo XX, Yehuda Ashlag, o Baal HaSulam, fundó el primer Centro de Qabalá en 1922. Es conocido por su análisis del Zohar y por "Talmud Eser Sefirót", un texto que proporciona una descripción detallada de la Qabalá de Isaac Luria.
Profundizando en el significado de la palabra "Qabalá", se asocia con la idea de "recepción", derivada de la raíz hebrea "qabel". Este término, que se originó en la Edad Media, fue aparentemente elegido para explicar cómo el conocimiento esotérico de la Torá ha sido transmitido oralmente a lo largo del tiempo, con cada generación de estudiantes asimilando la tradición de sus instructores. La premisa fundamental es que para asimilar plenamente cualquier forma de sabiduría, debe haber una afinidad o relación armoniosa entre el dador y el receptor. De lo contrario, lo que se transfiere son aspectos menos relevantes, no la esencia.
La Torá nos proporciona patrones conceptuales para estructurar nuestra percepción de la realidad. Estos patrones varían dependiendo de los diferentes niveles de afinidad que uno desee definir. Para ilustrar, cuatro niveles de afinidad están asociados con el Nombre impronunciable de cuatro letras (יהוה), diez niveles con las diez emanaciones divinas (Sefirót) en la creación, y trece niveles con los trece atributos de la misericordia divina, entre otros.
Actualmente, el estudio de la Qabalá se divide en dos ramas principales: la Qabalá teórica (Maasé Bereshit), que se enfoca en los misterios de la creación, y la Qabalá práctica (Maasé Merkavá), que se centra en el alma y los métodos para su ascensión. El símbolo cardinal de la Qabalá, el Árbol de la Vida, nos proporciona un marco para el autodescubrimiento. Este Árbol comprende diez dimensiones o Sefirót que encapsulan toda la realidad. Al entender sus interrelaciones y cómo equilibrarlas, podemos embarcarnos en un viaje de autodescubrimiento que requiere introspección, meditación y trabajo interior para lograr una transformación personal, una percepción más aguda del mundo y una existencia más enriquecedora. La Qabalá actúa como un faro que ilumina nuestro camino de vida, promoviendo nuestro desarrollo espiritual y personal, y guiándonos hacia una convivencia armoniosa con nuestro entorno.
Según la cosmovisión cabalística, el propósito de la Creación es proporcionar a la Divinidad un espacio en los reinos inferiores. Este objetivo se logra canalizando la luz divina en receptáculos cada vez más concretos del pensamiento, emoción y acción humanos, y de allí al resto del universo material.
Qabalah is a spiritual and mystical tradition with a long history, known for its profound complexity. This tradition has its roots in the interpretation of the first five books of the Bible, also known as the Torah. The word "Qabalah" comes from the Hebrew term "leqabel," which means "to receive."
The Torah can be understood in four different ways: Pshat (literal), Remez (hinted), Drash (deduced), and Sod (secret). Qabalah focuses on this last level, Sod, which reveals the mystical and hidden meaning behind the words. This level acts as a philosophical key that allows us to access deeper truths about the divine.
Qabalah teaches us that everything in our universe and in our lives is imbued with a divine sense that is an integral part of our reality. A key principle to understand Qabalah is the concept of Ein Sof, the infinity and divinity that goes beyond all human understanding. This divine principle takes on multiple forms in our world and in our individual existence, something represented by the Tree of Life.
This Tree of Life is a diagram that shows how the Infinite, or Ein Sof, manifests in our finite world. The tree consists of ten Sefirot or emanations, which are the pathways through which the Divine interacts with our reality. Each Sefirot has various meanings that encompass aspects of the divine as well as aspects of human experience and psychology, thus establishing a bridge between the infinite and the finite.
Although Qabalah is profoundly complex, its ultimate goal is quite simple: to deepen our connection with the Creator. This is achieved by approaching Him through the law of equivalence of form, which holds that by acquiring the qualities of the Creator, we become one with Him.
Exploring Qabalah is like embarking on a bridge that leads to divine understanding. This journey is demanding and requires systematic and continuous study. However, for those willing to undertake this spiritual exploration, Qabalah acts as a lens into the complexities of existence and a guide to living with greater awareness and ethics.
Ancient scholars viewed the study of Qabalah as a logical progression based on a strong foundation of education in sacred texts. They began by learning the Torah from a young age and accumulated years of serious study before delving into Qabalah. To gain a comprehensive understanding of Qabalah, it is recommended that students first become familiar with the various levels of Torah interpretation. An integrated approach, including the study of the Torah, personal interpretations, and analysis by various experts, enriches understanding.
Although intimately connected to the Torah, Qabalah transcends the purely religious realm. It has Gnostic elements and also applies to our material life. Unlike certain branches of Gnosticism, Qabalah does not dismiss the importance of physical existence. This is reflected in one of its pillars, Knowledge (Daat), which is a type of awareness formed by three components: intuition, reason, and experience. These components are represented on the Tree of Life as Jojmá, Biná, and Maljut. Developing these three aspects as a cohesive unit leads to heightened awareness, embracing both the spiritual and the material.
Qabalah serves as a spiritual tool that helps us discover our soul and the purpose of our existence in this reality. This wisdom connects us with the divine, offers personalized guidance, and assists us in advancing our spiritual development. Various meditation methods contribute to this transformation, facilitating the transition between the material and spiritual realms. This connection demonstrates that the spiritual and the material are not opposites but different manifestations of the same reality.
As an analytical framework, Qabalah offers concepts that help us understand the genesis of the universe. These principles govern both the cosmos and everyday life, impacting our existence, whether we acknowledge it or not. Understanding these principles equips us with knowledge that makes the journey of life more manageable and rewarding.
A practitioner of Qabalah, or mequbal, is someone who establishes a connection with their spiritual essence, which manifests as a creative and conscious energy, originating from Ein Sof. This energy, known as Ohr Ein Sof (the infinite light), is the essence and foundation of all that has existed, exists, and will exist. When delving into Qabalah, one "receives," in harmony with the etymological meaning of the word, this infinite light.
In the Qabalistic worldview, two key concepts are Ohr (light) and Keli (vessel). Light is a giving element, while the vessel is receiving. Followers of this tradition consider themselves vessels that receive this divine light and then disseminate it in the world. It is not about hoarding the light but being a channel for its distribution. This approach reflects the philosophy of "receiving in order to give."
Regarding the Torah's law, its peak revelation was at Mount Sinai, although over time its clarity diminished. In contrast, the understanding of Qabalah has gained definition with each generation. This increase in clarity is thanks to notable individuals who have emerged throughout history to reveal portions of divinity necessary for the balance of the world.
Qabalah has its origins in biblical times, specifically in the teachings of Abraham. Abraham is thought to be the author of the Sefer Yetzirah, a manual on the creation of the universe and a guide for meditation.
The next crucial phase in the evolution of Qabalah took place at Mount Sinai. Here, Moses received not only the written law but also the oral law containing mystical principles, which have been passed down from generation to generation by prominent sages.
In the 13th century, Rabbi Nehuniah ben ha-Kanah wrote the Sefer Bahir, one of the earliest Qabalistic texts, which paved the way for the future development of Qabalah.
During the Middle Ages, Qabalah flourished in Jewish communities in both Europe and the Middle East. In the 12th century, Rabbi Abraham ben David of Posquières, or Rabad, was a prominent Qabalist in southern France whose work on the Sefer Yetzirah is highly regarded.
In the 13th century, Joseph Gikatilla, a Spanish Qabalist, wrote "Sha'are Orah," an influential commentary on the Zohar and the Sefer Yetzirah, which contributed to the spread of Qabalah in Europe.
In the 16th century, Moshe Cordovero, known as Ramak, organized Qabalistic teachings in "Pardes Rimonim." Hailing from Safed, Israel, Ramak focused on rationalizing Qabalah, particularly the teachings of the Zohar, which is considered the central text of Qabalah and is believed to have much older origins. Ramak unified Qabalistic teachings into a coherent system, describing how finite reality originated from the infinite divine being through a series of forces called Sefirot. His work paved the way for the Qabalah of his successor, Isaac Luria.
Isaac Luria, also known as the Ari (The Lion), was a mystic and rabbi of the 16th century who had a significant impact on the development of Qabalah. Born in Jerusalem and later moved to Safed, a city in Galilee that was a center of Qabalistic studies, Luria proposed revolutionary theories such as the "Tzimtzum," which describes the divine contraction that made the creation of the universe possible. His most prominent disciple, Chayim Vital, was instrumental in spreading Lurianic thought. Vital compiled and organized Luria's oral teachings into texts that would later be crucial to Lurianic Qabalah. In fact, much of what we know about Luria's teachings comes from Vital's writings. Together, these two figures left an indelible mark on the study and practice of Qabalah, influencing both mystical currents and religious practices in Judaism to this day.
In the 18th century, Moshe Chaim Luzzatto, or Ramchal, wrote significant works on Qabalah, such as "Derej Hashem," which offers a systematic approach to the Qabalistic worldview.
Also in the 18th century, Rabbi Israel, the Baal Shem Tov, founded Hasidism, a movement that revitalized the spiritual life of Eastern European Jews. Although based on classical Qabalah, Hasidism places more emphasis on devotion and kindness than on the academic study of Qabalistic texts.
Finally, in the 20th century, Yehuda Ashlag, or Baal HaSulam, founded the first Qabalah Center in 1922. He is known for his analysis of the Zohar and for "Talmud Eser Sefirot," a text that provides a detailed description of Isaac Luria's Qabalah.
Delving into the meaning of the word "Qabalah," it is associated with the idea of "reception," stemming from the Hebrew root "qabel." This term, which originated in the Middle Ages, was apparently chosen to explain how the esoteric knowledge of the Torah has been orally transmitted over time, with each generation of learners assimilating the tradition of their instructors. The fundamental premise is that to fully assimilate any form of wisdom, there must be an affinity or harmonious relationship between the giver and the receiver. Otherwise, what is transferred are less relevant aspects, not the essence.
The Torah provides us with conceptual patterns to structure our perception of reality. These patterns vary depending on the different levels of affinity one wishes to define. To illustrate, four levels of affinity are associated with the unpronounceable Name of four letters (יהוה), ten levels with the ten divine emanations (Sefirot) in creation, and thirteen levels with the thirteen attributes of divine mercy, among others.
Currently, the study of Qabalah is divided into two main branches: theoretical Qabalah (Maasé Bereshit), which focuses on the mysteries of creation, and practical Qabalah (Maasé Merkavá), which is centered on the soul and methods for its ascension. The cardinal symbol of Qabalah, the Tree of Life, provides us with a framework for self-discovery. This Tree comprises ten dimensions or Sefirot that encapsulate all of reality. By understanding their interrelationships and how to balance them, we can embark on a journey of self-discovery that requires introspection, meditation, and inner work to achieve personal transformation, a sharper perception of the world, and a more enriching existence. Qabalah acts as a beacon that illuminates our life path, promoting our spiritual and personal development, and guiding us toward harmonious coexistence with our surroundings.
According to the Qabalistic worldview, the purpose of Creation is to provide Divinity with a space in the lower realms. This goal is achieved by channeling the divine light into increasingly concrete receptacles of human thought, emotion, and action, and from there into the rest of the material universe.
カバラは長い歴史を持つ精神的かつ神秘的な伝統で、その深遠な複雑さで知られる。この伝統は、トーラーとも呼ばれる聖書の最初の五つの書の解釈に根ざしている。「カバラ」という言葉は、「受け取る」を意味するヘブライ語の「レカベル」から来ている。
トーラーは四つの異なる方法で理解できる:プシャット(文字通り)、レメズ(暗示)、ドラシュ(推論)、ソド(秘密)。カバラはこの最後のレベル、ソドに焦点を当て、言葉の背後にある神秘的で隠された意味を明らかにする。このレベルは、神聖な真理へのより深いアクセスを可能にする哲学的な鍵として機能する。
カバラは、宇宙と我々の人生のすべてが、我々の現実の不可欠な部分である神聖な意味を帯びていると教える。カバラを理解するための重要な原則は、エインソフ、すなわち無限で人間の理解を超えた神性の概念だ。この神聖な原理は、我々の世界と個々の存在において多様な形を取り、生命の木によって表される。
この生命の木は、無限(エインソフ)が我々の有限の世界にどのように顕現するかを示す図だ。木は十のセフィロト、すなわちエmanationで構成され、これらは神聖が我々の現実と相互作用する経路だ。各セフィラは、神聖な側面と人間の経験や心理学の側面を包含するさまざまな意味を持ち、無限と有限の間の橋を築く。
カバラは深く複雑だが、その究極の目的は非常にシンプルだ:創造主とのつながりを深めること。これは、形の等価性の法則を通じて彼に近づくことで達成され、創造主の特質を獲得することで、我々は彼と一つになる。
カバラを探求することは、神聖な理解へと導く橋に乗り出すようなものだ。この旅は厳しく、体系的で継続的な研究を必要とする。しかし、この精神的な探求を進んで行う者にとって、カバラは存在の複雑さへのレンズとして機能し、より高い意識と倫理を持って生きるためのガイドとなる。
古代の学者たちは、カバラの研究を聖典の強固な教育基盤に基づく論理的な進行と見ていた。彼らは幼少期からトーラーを学び、カバラに深く入る前に何年もの真剣な研究を積んだ。カバラを包括的に理解するためには、学生がまずトーラーのさまざまな解釈レベルに精通することが推奨される。トーラーの研究、個人的な解釈、さまざまな専門家による分析を含む統合的なアプローチが理解を豊かにする。
トーラーと密接に関連しているが、カバラは純粋に宗教的な領域を超越する。グノーシス的な要素を持ち、我々の物質的な生活にも適用される。特定のグノーシス主義の枝とは異なり、カバラは物理的存在の重要性を否定しない。これはその柱の一つである知識(ダアト)に反映され、これは直感、理性、経験の三つの要素で形成された一種の意識だ。これらの要素は生命の木でホクマー、ビナー、マルクートとして表される。これら三つの側面を統一されたユニットとして発展させることは、精神的と物質的の両方を包含する高い意識につながる。
カバラは我々の魂とこの現実における存在の目的を発見するのを助ける精神的な道具として機能する。この智慧は神聖と我々をつなぎ、個別の指導を提供し、我々の精神的な発達を進めるのを助ける。さまざまな瞑想法がこの変容に寄与し、物質的と精神的な領域間の移行を容易にする。このつながりは、精神的と物質的が反対ではなく、同じ現実の異なる顕現であることを示す。
分析的な枠組みとして、カバラは宇宙の起源を理解するのに役立つ概念を提供する。これらの原則は宇宙と日常生活の両方を支配し、我々がそれを認識していようといまいと、我々の存在に影響を与える。これらの原則を理解することは、人生の旅をより管理しやすく、やりがいのあるものにする知識を我々に装備する。
カバラの実践者、つまりメクバルは、エインソフに由来する創造的で意識的なエネルギーとして現れる霊的な本質とのつながりを確立する人だ。このエネルギー、すなわちオール・エインソフ(無限の光)は、存在したもの、存在するもの、そして存在するであろうすべての本質と基盤だ。カバラを深く探求することで、言葉の語源的な意味と調和して、この無限の光を「受け取る」。
カバラの世界観では、二つの主要な概念がオール(光)とケリ(器)だ。光は与える要素であり、器は受け取るものだ。この伝統の信奉者たちは、自分たちをこの神聖な光を受け取り、世界に広める器と見なす。光を独り占めするのではなく、その配布のためのチャネルであることが重要だ。このアプローチは「与えるために受け取る」という哲学を反映する。
トーラーの法に関して、その頂点の啓示はシナイ山であったが、時間とともにその明確さは減少した。対照的に、カバラの理解は各世代とともに明確さを増した。この明確さの増加は、世界のバランスに必要な神性の部分を明らかにするために歴史を通じて現れた著名な人物たちのおかげだ。
カバラは聖書時代、特にアブラハムの教えに起源を持つ。アブラハムは、宇宙の創造についてのマニュアルであり、瞑想のガイドである『セフェル・イェツィラー』の著者であると考えられている。
カバラの進化における次の重要な段階はシナイ山で起こった。ここでモーセは、書かれた法だけでなく、神秘的な原則を含む口伝律法も受け取り、これは有名な賢者たちによって世代から世代へと伝えられてきた。
13世紀には、ラビ・ネフニヤ・ベン・ハカナが最初のカバラのテキストの一つである『セフェル・バヒール』を書き、カバラの将来の発展への道を開いた。
中世の間、カバラはヨーロッパと中東のユダヤ人コミュニティで繁栄した。12世紀には、フランス南部の著名なカバリストであるラビ・アブラハム・ベン・ダビド・オブ・ポスキエール、すなわちラバドがいて、彼の『セフェル・イェツィラー』に関する仕事は高く評価されている。
13世紀には、スペインのカバリストであるヨセフ・ギカティラが『シャアレ・オラ』を書き、これは『ゾハル』と『セフェル・イェツィラー』に関する影響力のある解説であり、ヨーロッパでのカバラの普及に貢献した。
16世紀には、ラマクとして知られるモーシェ・コルドベロが『パルデス・リモニム』でカバラの教えを整理した。イスラエルのツファット出身のラマクは、カバラ、特にカバラの中心的なテキストであり、はるかに古い起源を持つと考えられる『ゾハル』の教えを合理化することに焦点を当てた。ラマクはカバラの教えを一貫したシステムに統合し、有限の現実がセフィロトと呼ばれる一連の力を通じて無限の神性からどのように起源したかを記述した。彼の仕事は、彼の後継者であるイツハク・ルリアのカバラへの道を開いた。
イツハク・ルリア、またはアリ(ライオン)として知られる彼は、16世紀の神秘家でありラビであり、カバラの発展に大きな影響を与えた。エルサレムで生まれ、その後カバラの研究の中心地であったガリラヤの都市ツファットに移ったルリアは、宇宙の創造を可能にした神の収縮を記述する「ツィムツム」などの革命的な理論を提唱した。彼の最も著名な弟子であるハイム・ヴィタルは、ルリア思想の普及において重要な役割を果たした。ヴィタルはルリアの口述をテキストにまとめ、後にルリアニック・カバラにとって重要なものとなった。実際、ルリアの教えについて我々が知っていることの多くはヴィタルの著作から来ている。これら二人の人物は、カバラの研究と実践に消えない印を残し、今日までユダヤ教の神秘的な流れや宗教的実践に影響を与えている。
18世紀には、モーシェ・ハイム・ルッツァット、またはラムハルが『デレフ・ハシェム』などのカバラに関する重要な作品を書き、カバラの世界観への体系的なアプローチを提供した。
また18世紀には、ラビ・イスラエル、バアル・シェム・トーブがハシディズムを創設し、東欧のユダヤ人の精神生活を活性化した。古典的なカバラに基づいているが、ハシディズムはカバラのテキストの学術的な研究よりも献身と親切に重点を置く。
最後に、20世紀には、イェフダ・アシュラグ、またはバアル・ハスラムが1922年に最初のカバラセンターを設立した。彼は『ゾハル』の分析と、イツハク・ルリアのカバラを詳細に記述した『タルムド・エセル・セフィロト』で知られている。
「カバラ」という言葉の意味を深く掘り下げると、それは「受け取る」というアイデアに関連しており、ヘブライ語の語根「カベル」に由来する。この用語は中世に起源を持ち、トーラーの秘教的な知識が時を経て口伝で伝えられ、各世代の学習者が教師の伝統を吸収してきたことを説明するために選ばれたようだ。基本的な前提は、あらゆる形の智慧を完全に吸収するためには、与える者と受け取る者の間に親和性または調和の取れた関係が必要であるということだ。そうでなければ、伝達されるのは本質ではなく、あまり関連性のない側面だ。
トーラーは、我々の現実の認識を構築するための概念的なパターンを提供する。これらのパターンは、定義したい親和性の異なるレベルに応じて変化する。例を挙げると、四つの親和性のレベルは四文字の発音できない名前(יהוה)と関連し、十のレベルは創造における十の神のエmanation(セフィロト)と関連し、十三のレベルは神の慈悲の十三の属性と関連する。
現在、カバラの研究は二つの主要な枝に分かれている:創造の神秘に焦点を当てた理論的なカバラ(マアセ・ベレシート)と、魂とその上昇の方法に焦点を当てた実践的なカバラ(マアセ・メルカバ)。カバラの基本的なシンボルである生命の木は、自己発見のためのフレームワークを提供する。この木は現実のすべてをカプセル化した十の次元、つまりセフィロトから成る。それらの相互関係とバランスの取り方を理解することで、自己発見の旅に乗り出すことができ、内省、瞑想、内的な作業を必要とし、個人的な変革、世界のより鋭い認識、そしてより豊かな存在を達成する。カバラは我々の人生の道を照らす灯台として機能し、我々の精神的および個人的な発達を促進し、周囲との調和のとれた共存へと導く。
カバラの世界観によれば、創造の目的は神性に下位の領域における空間を提供することだ。この目標は、神の光を人間の思考、感情、行動のますます具体的な容器にチャネリングし、そこから物質的な宇宙の残りへと広げることで達成される。